Ya se sabe que dios, después de
falsos profetas, decidió buscar el equipo perfecto, le costó un poco pero al
final lo encontró.
Al principio, solo se fijaba en
esos equipos, que se autodenominaban “perfectos” y se solía enfadar bastante,
cuando veía que se utilizaba su nombre en vano, en frases tan típicas como “Dios
creó un equipo perfecto y a los demás…….”.
Un día después de una larga
caminata, y de un cabreo monumental, pues venia del sitio donde más se
utilizaba su nombre en vano, con
la famosa frasecita, y demás variantes. Decidió parar a descansar.
Se dio
cuenta que esa noche todas las estrellas iluminaban algo, que sus ojos, no
alcanzaban a ver. Corrió a ver qué era eso, que las estrellas iluminaban con
tanta fuerza, hasta que llego a la ilustre villa armera.
Desde
el principio se quedo prendado de ese lugar, y decidió entrar en una de las innumerables tabernas, no tardo mucho en
entablar conversación, con una alegre cuadrilla
De todos
es conocida la hospitalidad eibarresa, y esta cuadrilla no tardó, en acogerle.
Dios,
no paraba de observar a esa cuadrilla, con que pasión, devoción, amor y dulzura
hablaban, de un equipo de futbol, al que él no conocía, como podía ser eso, el
lo tenía que ver, pero estaba cansado de todos esos falsos profetas y no se quería
llevar un disgusto mas, esta gente le caía muy bien.
Al final
decidió acompañarles, cuando más se acercaban al campo del futbol, las
estrellas iluminaban con más fuerza, estaba claro que esas estrellas lo que
iluminaban era el campo de futbol.
No puede
ser, se repetía una otra vez.
Cuando
llegaron, no podía dar crédito a lo que sus ojos estaban viendo…………….. Si, estaba
en Ipurua. Unas lágrimas y un cosquilleo inundaban su cuerpo, si, se estaba emocionando.
Pero lo mejor estaba por llegar.
Por
fin llego el estasis, la locura inundo su cuerpo, y no pudo parar de animar……..
Si el eibar había salido y se había puesto a jugar como los ángeles.
Lo he
encontrado. Lo he encontrado…….. Si dios había encontrado el equipo perfecto y
lo mejor de todo, es que, el no lo había creado, había sido el pueblo el que lo
había creado.
Ya por
la noche cuando la gente dormía, decidió dar un premio al pueblo de Eibar. Subió
al monte y creo el santuario más hermoso de la tierra, capitaneada por la “Amatxo
de Arrate”, no podía ser de otro modo.
Por
fin Dios, encontró al equipo perfecto
GORA
EIBAR!!!!!!!!!!!!!!!